¿Cómo reconocer los signos del TEA en niños?

El autismo es un trastorno neurobiológico complejo del avance que incluye disfunciones tanto en las relaciones sociales, como en el avance del lenguaje y de las capacidades sociables, conjuntado con una inclinación a desarrollar hábitos recios y repetitivos. Gracias a la extensa variedad de síntomas, el autismo en este momento se conoce trastorno del fantasma autista (TEA).

Los síntomas y su dureza cambian bastante en estas tres áreas fundamentales. Si las juntamos, tienen la posibilidad de ser retos parcialmente suaves para un niño diagnosticado con TEA enormemente servible. Para otros, no obstante, los síntomas tienen la posibilidad de ser mucho más severos, como en el momento en que los hábitos repetitivos y la carencia del lenguaje hablado interfieren en la vida día tras día.

No en todos los casos es simple para los progenitores comprender si un niño tiene trastorno del fantasma autista (TEA). Varios de los síntomas del TEA se tienen la posibilidad de ver en pequeños con otros géneros de inconvenientes de avance o de conducta o, en menor medida, en pequeños con avance habitual. Además de esto, no todos y cada uno de los síntomas se observan en todos y cada uno de los pequeños. Ciertos pequeños tienen la posibilidad de enseñar solo varios de los síntomas. O sea lo que provoca que el desarrollo de diagnóstico del TEA sea bien difícil.

Ahora hemos predeterminado una sucesión de signos tempranos para admitir el trastorno del fantasma autista en pequeños:

Diferencias sociales

  • Se resiste a acurrucarse en el momento en que lo recoges en brazos
  • Quizás presente diferencias de temperamento a lo largo de la niñez, como ser un bebé muy mudo o un bebé muy irritable
  • Efectúa poquísimo o ningún contacto visual
  • Exhibe muy poca o ninguna expresión como contestación a la sonrisa de sus progenitores u otras expresiones faciales
  • Impide proseguir la mirada de sus progenitores para poder ver qué miran o continuar un dedo para poder ver qué apuntan
  • No apunta elementos o hechos a fin de que sus progenitores los miren
  • No es muy probable que muestre cosas a sus progenitores para comunicar su interés
  • No es muy probable que muestre expresiones faciales correctas
  • Muestra contrariedad para admitir qué tienen la posibilidad de estar pensando o sintiendo otros solo con ver sus expresiones faciales
  • No es muy probable que muestre preocupación o empatía por otros
  • Tiene contrariedad para detallar y sostener una amistad

Diferencias en comunicación

  • No afirma expresiones sueltas a los 15 meses o oraciones de 2 expresiones a los 24 meses
  • Es posible que repita las expresiones precisas de otros son entender su concepto
  • Responde a sonidos (claxon de un vehículo o maullido de un gato) pero es difícil que responda a ellos siendo nombrados
  • Puede referirse a sí mismo como “tú” y a otros como “yo” (confusión de pronombres personales)
  • Exhibe poquísimo o ningún interés en estar comunicado
  • No es muy probable que empieze o prosiga una charla
  • No es muy probable que utilice juguetes u otros elementos para representar a la multitud de todo el mundo real y jugar
  • Posiblemente tenga buenísima memoria para rememorar números, canciones, sintonías televisivas u otras armonías
  • Probablemente ciertos pequeños padezcan retrocesos lingüísticos entre los 15 y 24 meses

Diferencias de accionar (patrones estereotípicos, repetitivos y limitados)

  • Puede mecerse, girar, balancearse, retorcer los dedos o aletear con las manos (accionar estereotípico)
  • Le agradan la rutina, el orden y los rituales
  • Quizás se obsesione con ciertas ocupaciones, realizándolas reiteradamente en todo el día
  • Es muy posible que juegue con unas partes de juguetes en lugar de con el juguete entero (por servirnos de un ejemplo, las ruedas de un vehículo de juguete)
  • Tiene la posibilidad de tener capacidades fragmentadas, como la aptitud de leer a una edad muy temprana pero de forma frecuente sin entender lo que significa
  • Es posible que no llore si algo le duele o si tiene temor
  • Posiblemente muestre mucha o ninguna sensibilidad a los fragancias, sonidos, luces, texturas… (diferencias en el momento de procesar experiencias)
  • Puede usar la visión o ver de forma excepcional (por poner un ejemplo, ver elementos desde ángulos poco recurrentes)
  • Posiblemente presente intereses poco recurrentes o intensos, pero reducidos

Aquí existen algunos ejemplos que tienen la posibilidad de contribuir a distinguir a un niño con TEA de otros pequeños, realizando una distinción por edades.

A los 12 meses

  • Un niño con avance habitual virará su cabeza al oír su nombre.
  • Un niño con TEA quizás no se gire a ver, aun más allá de que se le haya llamado por su nombre varias veces, pero responderá a otros sonidos.

A los 18 meses

  • Un niño con retardo en sus capacidades lingüísticas señalará, gesticulará o empleará expresiones faciales para compensar sus faltas de charla.
  • Un niño con TEA quizás no intente compensar su retardo en las capacidades lingüísticas, o es posible que se limite a reiterar lo que oiga en la televisión o lo que concluya de oír.

A los 24 meses

  • Un niño sin TEA le va a llevar una fotografía a sus progenitores a fin de que la vean y comunicar sus conmuevas con ellos.
  • Un niño con TEA quizás les lleve a sus progenitores un frasco de burbujas a fin de que lo abran pero sin mirarlos a la cara al llevarlo a cabo y sin comunicar las conmuevas o el juego.
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