Si hay algo que acompañe al verano de forma inevitable son las picaduras de insectos. Entre ellas, las más frecuentes son las de abejas, avispas y mosquitos, y de forma ocasional, alguna araña.
Los niños y las embarazadas son los blancos favoritos de los mosquitos, ya que tienen una temperatura más elevada que el resto: son fuentes de calor y eso atrae a los insectos. Añadamos el hecho de que los bebés y niños están más tiempo al aire libre y es un hecho indiscutible: los peques van a estar siempre más expuestos a las picaduras.
Qué hacer cuando te pica un insecto
Las picaduras suelen ir acompañadas de picor, dolor, enrojecimiento de la piel e hinchazón, y en algunas ocasiones incluso reacciones alérgicas.
En caso de una picadura se debe lavar la zona con agua fresca y jabón y retirar el insecto con cuidado para que no expulse más veneno. Para matarlo se puede usar aceite o alcohol y quitar el aguijón con unas pinzas. ¡No lo quemes, podrías dañar la piel de tu pequeño!
Para calmar el picor se puede utilizar una solución de calamina o amoníaco, fácilmente adquiribles en farmacias.
Si la zona está inflamada, podemos aplicar frío local. Si la inflamación es muy grande, lo mejor es acudir a un centro sanitario para que nos recomienden una pomada a aplicar.
Mejor prevenir que curar
- Utiliza ropa de colores poco llamativos, evita las zonas húmedas y no utilices colonia o perfumes intensos que puedan atraer a los insectos.
- Utiliza repelentes. Asegúrate de que sean adecuados para tu bebé. Si utilizas crema o spray para bebés, no los apliques en manos o pies porque podrían chupárselos.
- Mantén la casa limpia y ordenada para evitar que los insectos aniden.
- Utiliza insecticidas eléctricos como Fogo y similares. Son eficaces.
- Existen dispositivos repelentes con ultrasonido, pero su cobertura es limitada.
Si tu hijo ha sido picado por un insecto y presenta síntomas inusuales o reacciones alérgicas, no dudes en pedir cita previa con tu pediatra en Sevilla. Te atenderemos rápidamente y de manera eficaz.
Alergia a las picaduras de insectos
Una alergia es una reacción desproporcionada del sistema inmunitario a un alérgeno, que puede ser un alimento, polen, caros o insectos. Para el organismo son invasores, por lo que éste reacciona provocando ciertos síntomas, desde picores o urticaria hasta reacciones anafilácticas que pueden poner en riesgo la vida.
Las alergias por insectos son muy frecuentes en la infancia, y la mayoría se producen por picaduras o mordeduras. Suelen suponer cuadros leves, pero en algunos casos aislados se puede ver una reacción grave. Lo más frecuente es que la sustancia provoque una reacción localizada en la zona (un simple habón) o algo más grave como una inflamación de las capas profundas de la piel.
Las reacciones locales se controlan por medio de antiinflamatorios y antihistamínicos tópicos. En casos de posible infección, puede ser necesario añadir un antibiótico en forma de crema, o incluso hacer que el peque tome la medicación de forma oral.
IMPORTANTE: el uso de cualquiera de estas medicaciones debe de ser pautada por un pediatra.
Si observamos que el pequeño está presentando una reacción generalizada (hinchazón de cara, labios, cuello, enrojecimiento del cuerpo o dificultad para respirar) se debe acudir de forma inmediata a un servicio de urgencias.