El aceite de palma está siendo en los últimos tiempos convertido en el enemigo público número uno de nuestra salud, y ni que decir tiene que de la salud de nuestros hijos. ¿Pero…? ¿Realmente nos están ofreciendo toda la información? ¿Es tan malo como cuentan?
Como en muchos de los temas que rodean a la salud de nuestros pequeños, las cualidades del aceite de palma están cargadas de mitos, que en este artículo intentaré aclararos.
¿Que es exactamente el aceite de palma?
El aceite de palma es el más utilizado del mundo, muy por delante del de soja y de nuestro preciado aceite de oliva. Se produce a partir de los frutos de la palma africana y es ya la materia prima más usada a nivel mundial para la elaboración de una gran cantidad de productos de la industria alimentaria.
El aceite de palma está compuesto casi en un 50% de ácido palmítico. El consumo excesivo de este ácido está relacionado con problemas cardiovasculares, colesterol e incluso con la metástasis en algunos casos de cáncer. Recalquemos lo de excesivo…
¡Ojo con las alarmas sociales! ¿Es realmente el aceite de palma un peligro para mi bebé? Si aún tienes dudas acerca de este componente alimenticio, pide cita previa con tu pediatra en Sevilla y acude a su consulta.
¿En que productos de la alimentación infantil podemos encontrar el ácido palmítico?
Ya sabemos que el alimento más completo y más necesario para un bebé es la leche materna. Pues bien, debemos saber que la leche materna está compuesta en más de un 20% por las grasas saturadas de ácido palmítico, de hecho es la más abundante de las que contiene.
¿Y entonces? ¿Que pasa con las leches artificiales?
Las leches artificiales, lo que hacen es imitar a la leche materna en la medida de los posible, y es por eso que en sus fórmulas sustituyen el ácido palmítico de la leche de vaca por el del aceite de palma, que favorece la absorción del calcio y no estriñe al bebé.
Personalmente creo que la alarma creada alrededor del aceite de palma responde a otro tipo de intereses diferentes del de la propia salud, ya que este como tantos otros elementos incluidos en la elaboración de alimentos no supone un peligro siempre y cuando no se exceda en su consumo.
Espero que este artículo os haya ayudado a aclarar dudas y eliminar miedos muchas veces innecesarios.
Compartid si os ha gustado, y nos vemos pronto.